También que Papá Noël o los Reyes Magos nos traigan esos dos refuerzos de los que se habla y un nuevo propietario con sapiencia, ganas y dinero, y un campo nuevo más coqueto y que nos acerque al terreno de juego para que el rugir de nuestras gargantas atemorice a los contrarios y al colegiado si hiciese falta.
Una petición especial mía y no para los anteriormente mencionados benefactores sino para vosotros, los millones de lectores de este blog, que os animéis a hacer comentarios.
Lo dicho feliz Navidad y hasta pronto,
Enrique
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