Pasamos, que era lo importante... ¿o no?.
Como un gran “fropesional”, este candidato al Pulitzer
hizo un exhaustivo seguimiento del enemigo desde su propia ciudad, solicitando
a los dos exmallorquinistas convocados (Ayoze se quedó at home), que posasen para la cámara de este cacho-blog:
Además de la confirmada asistencia de Pepe Piscinas, con
los pocos que íbamos a ser, tenía que ser fácil ver quién estaba y quién no y así
fue, apareció Adolfo Van Gogh de brocha gorda y se paró a saludarnos el sheriff
Andrés, después alguna cara conocida más y constatando las clamorosas
ausencias, alguna de las cuales ya ha dejado de ser novedad. En fin, que
finalmente estuvimos allí los mejores, es decir 5.270 almas; además, ¿quién
dijo frío?:
Creo que lo que más me atraía del encuentro era volver a
ver a Nunes, Nunes y a Javi Márquez; la eliminatoria como que no me atraía demasiado
y me parece que a los “místeres“ y a los protagonistas principales tampoco en
demasía.
Nuestro utrerano variaba un poco el esquema habitual que
esta vez se acercaba un poco más a un 4-4-2, jugando Gio algo más retrasado que
Arizmendi (quien por cierto ayer se vació) y presionando desde la defensa rival;
parecía que íbamos claramente a por el partido y la eliminatoria pero primero
un error de Nunes (al principio nerviosillo) que propició un mano a mano que
Dudú resolvió con talante y después un disparo ajustadísimo de Pizzi nos hicieron
recular y dejar de subir tan alegremente (y no mal) por las bandas.
Nos rehicimos pero otro error defensivo propició un nuevo
susto y sólo fue justo al final del primer acto cuando un centro en profundidad
de Márquez a punto estuvo de aprovecharlo Arizmendi (poco bagaje ofensivo,
¡vive Dios!).
Aquí un servidor se temía la definitiva reacción enemiga
porque debían meter un gol sí o sí pero comenzó la segunda mitad y empecé a
sospechar que los pijitos gallegos no tenían ninguna intención de pasar a
octavos porque ni atacaban, ni jugaban, ni su fistro de míster realizaba
cambios; como muestra un botón: en un momento determinado llegué a observar un ataque blanquiazul en el que se
quedaron hasta 5 defensas para un solo hombre bermellón adelantado (si
es que imponemos un montón).
Los herculinos, por lo de la torres de
Hércules, no del Hércules de Alicante… ¡zoquetes!, tuvieron un momento de duda
y achucharon un poquitín pero fue un espejismo y ni las ayudas del referee, al que durante un rato no sé que
le pasó, les animaron a intentarlo.
Llama
la atención que:
-
Que pillase in fragante al molt honorable
president Bauzà aparcado en doble fila con los 4 “impertinentes” de su
vehículo privado puestos.
-
A pesar de la rasca un servidor llegara a su
puesto de “trabajo” sudando como un pollo debido a la vestimenta propia de
fríos polares.
-
Xim Caparrut reincidiese en hacer jugar a
Dudú también en Copa… cuanto menos curioso, ¿no?
-
Que haya dejado de ser novedad que Joaquín
Ningúnarroz de a conocer el once titular con varias horas de antelación.
-
Me acordase de lo que se echa de menos a Xesc
Forteza al ver a Xesc Forteza Clon en la grada.
-
Que los dos capitanes luciesen una
brillantísima calva.
-
El enorme feo de la tele al dar antes la
prórroga del Celta – Almería que el partido del siglo.
-
Que desde que visito la zona de prensa, nunca
había visto a tan pocos “compañeros”… en “mi” zona éramos 2, uno y dos.
-
El desparpajo de Carlos Cristeto… ¡me gusta!.
-
Que al finalizar el encuentro se oyesen
gritos de “tongo, tongo”.
Un fraternal abrazo al deportivista que sabiendo la que
se le avecinaba decidió poner pies en polvorosa y se halla por tierras
thailandesas.
Las otras secciones habituales descansan hasta el
domingo.
Y hacedle caso a nuestro míster, que tras el partido
reclamaba la ayuda y el apoyo de todos los mallorquinistas positivos, que
vayamos todos a animar al equipo, que los muchachos lo necesitan y lo agradecen
enormemente. Venga, de verdad, haced un mínimo esfuerzo, panda de vagos y
maleantes, vamos a por el Zaragoza, vamos aporellosoee,
que la remontada no ha hecho más que comenzar y llegan tiempos de gloria
infinita.
Hasta dentro de ná (con fabada entremedias),
Henry More
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