… pero no hay gol. Uno de los mejores partidos del último
lustro, con un equipo moderadamente equilibrado a excepción del necesario
ariete inspirado.
Tras una inolvidable comida
en El Callejón de la desconocida Albacete, regresamos a toda mecha cap a Altea para tratar de no perdernos
ni un minuto del encuentro (lo que no conseguimos). Enseguida pudimos observar
que nuestros muchachos andaban enchufados y que sobre la flamante gespa de Son Moix sólo había un equipo…
el bermellón.
Y esa fue la tónica de casi
todo el partido, con un apabullante 14 a 0 en infructuosos saques de esquina.
Más o menos presión, mejor o peor suerte, más o menos acierto, mucha o poca
intensidad, lo que cada uno prefiera pero lo que es meterla entre los tres
palitos, res de res.
La segunda mitad fue más
bien a menos, los cambios tampoco supusieron un antes y un después… se acercaba
el final, ya nos temíamos lo peor y finalmente el árbitro, que dejó de forma
nítida y clara del por qué de su descenso de categoría, decretó el final de la
contienda que supuso un miserable punto que no nos aleja de la cola y, mucho
menos, nos acerca a la zona noble de la tabla.
En fin, que habrá que
esperar y rezar para que cambie la dinámica que nos ha de llevar a lo más alto
de la tabla.
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