Se repitió la historia de Murcia pero a la inversa y
gracias a ello salvamos un punto que casi fueron tres.
A la vejez viruelas y a mis
casi 56 años, por aquello de mi relativamente nueva condición de
alteano-valenciano, estoy a punto de hacer mi primera fideuà, iniciación a futuros arroces, cuyo ritos “prolegoménicos” me
distrajeron durante la segunda mitad, por lo que mi estado de nervios sólo fue
moderado.
Repetimos con 3 centrales y
2 carrileros, motivo por el cual Juanjo Nieto ocupó el lateral derecho en
detrimento de Biel Company… sin novedad en el resto de la alineación inicial.
Después de alguna acción
ofensiva local con final timorato llegó el minuto del mazazo, el 17, cuando el
enemigo gallego consiguió horadar nuestra meta no sin antes observar un
despiste defensivo por nuestra parte derecha y un fuera de juego que por mis
escasos conocimientos del reglamento, no sé si debió significar la anulación
del gol (si alguno de mis ilustrados lectores lo sabe, porfa, que nos dé su
opinión vía comentario).
El resto de la primera mitad
fue un desconsuelo, muy lejos de las últimas vibrantes primeras partes y
presagiando lo peor ya que la nuestra era una imagen de equipo abatido y sin
rumbo.
Saltó al terreno de juego el
largo Conde Lekic tras el descanso en lugar de JuanDo, lo que provocó que la
reanudación conllevase un cambio de sistema de juego ya que al adelantarse
Héctor Yuste a su antigua posición, pasamos a jugar un 4-3-3 que, inicialmente,
poco cambio supuso ya que continuábamos con encefalograma plano y ellos (malos,
malos, malos) aguantando sin mayor problema esperando el pitido final y los
tres punticos (se me ha quedado el deje murciano).
Poco a poco se fueron entonando
nuestros muchachos, especialmente con la entrada de Pol Roigé (56’) por Zsa Zsa
Gabor y finalmente Dalmau (71’) por Juanjo (lo que llevó a Lago Junior a jugar
de falso lateral). Mientras los lucenses se dejaban ir, es nostros, a la brava, luchaban para salvar los muebles.
Tardó en llegar la recompensa,
fue en el 87’ cuando el Conde, el Conde, el largo Conde Leeeeeeekic, elevándose
por encima de todo ser humano circundante, cabeceó un balón sacado desde la
esquina y puso el 1 a 1 final en el marcador LGTB (no sé por qué el fondo era
de color rosita).
De ahí al 95’ fue un constante
pero infructuoso acoso a pesar de la mala suerte (concepto abstracto pero
irrefutable) de Dalmau al estrellar un balón en la parte interna del poste y al
rematar un poco cruzado Lago Junior.
Llama la atención:
Que Brandon necesite
banquillo… lucha lo indecible, no para de correr, aporta cierta calidad pero
está negado frente a la portería contraria.
Lo de la posible tarjeta
roja por doble amarilla al mismo jugador en la misma jugada. Recordaréis que en
la primera parte uno de los nuestros (he olvidado quién) salió corriendo y X
jugador rival trató de detenerlo sin éxito, concediendo el referee la ley de la ventaja; ese mismo X recuperó la posición y
derribó a nuestro jabato al borde del área, siendo amonestado por ello pero, ¿y
la tarjeta anterior?, de ser otro jugador se la hubiesen mostrado al finalizar
la jugada, ¿por qué no en esta ocasión? (de nuevo, si alguno de nuestros
educados lectores lo sabe, ¡¡¡que nos ilustre!!!).
El rincón político:
Europa ya sin el R.U., la Europa de las dos velocidades que tan mal
funcionaron en España y a la que Rajoy trata de engancharse, verá el miércoles en
Holanda cuán fuerte es la nueva derecha… ¡atentos!.
Seguimos enfangados y ahora
con la esperanza puesta en nuestra visita a Huesca, el sábado a las 18:00…
gracias por interceder Rober.
Aporellosoee!!!
Saludos y feliz semana,
Enrique
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