Por Enrique Mas Cassel.-
Tras un fulgurante, inesperado y, en muchas ocasiones, "suertudo" comienzo, pasamos a las dudas, el hastío, las críticas, etc.; como siempre, los hubo exultantes y desmesuradamente optimistas al principio y los hubo, también, catastrofistas y exageradamente pesimistas después.
Y es cierto, pasamos de alcanzar una anómala ventaja sobre nuestros contrincantes, a realizar una segunda vuelta de los más vulgar y, por momentos, más que preocupante, cuya guinda negativa fue la semana pasada, ante el Sabadell, para, 7 días después, observar que el cambio es posible y que la actitud, predisposición y juego del equipo puede ser óptima de cara al play-off, que esperemos liquidar a la primera.
Esta jornada ya ha sido el rien ne va plus, ni escucharlo por la radio, ni seguir los comentarios, sólo algún asomo al marcador por lo que, por aquello de redundar en ello, esta crónica es sólo de sensaciones, muy marcadas por el resultado final, eso sí.
Meter un gol nada más empezar el partido y otro al filo del descanso, se puede catalogar como de dos goles psicológicos, los que unidos al zapatazo de Salva Sevilla, sentenciaron el encuentro. Me parece haber leído que es nostros salieron con otra actitud y que se mejoró en todos los aspectos... lo dejo al corto conocimiento de los que lo pudieron ver y a la credulidad de los que no pudimos.
Ahora se acerca la segunda etapa, explosiva y determinante, ¿estamos realmente preparados o ha sido un espejismo?; los aficionados vamos a responder porque siempre gritamos aporellosoee, sólo cabe esperar que jugadores y míster demuestren que este Real Club Deportivo Mallorca es el mejor equipo de los 80 que forman la división, como así parecen afirmar casi todas las cifras aunque ojo con el representante del Grupo II.
Cruzaremos la meta en Zaragoza, este próximo week-end... calentemos motores y pongamos todo a punto para las próximas apasionantes semanas.
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