Dos caras bien
distintas pero siempre la misma preocupación.
Es verdad que en esta ocasión, ni tras el uno a cero, ni tras el dos a
cero el equipo se echó atrás, lo cual es una gran noticia, también es cierto
que no supimos sentenciar pero la buena nueva está ahí. Dicho esto, lo de la
primera mitad fue infumable, bochornoso, de vergüenza propia y ajena, de una
demostración de incapacidad tal, que era para agachar es cap y marcharse a casa, calentitos y con la familia.
Vayamos con el relato:
El equipo empezó dominando claramente, el asedio y el control del
esférico duraron un minuto (no me he equivocado) y los diecisiete siguientes
fueron funestos hasta que despertamos del letargo gracias al inefable de don
Emilio a quien mientras se pensaba si disparar a puerta o centrar, le birlaron
la pelota.
Fue un espejismo, poco a poco íbamos cediendo el poco espacio de terreno
del que disponíamos y el balón, aunque sin ningún atisbo de peligro, rondaba
más nuestra portería que la enemiga. Continuó el lamentable espectáculo y cúmulo de
despropósitos, era patético observar como nuestros muchachos no tenían la más
remota idea o capacidad para conducir el esférico. Sólo un buen cabezazo del
algaidí en el 27’
y un posterior disparo de Álex Moreno en el 44’ impidieron nuestro encefalograma totalmente
plano.
Aaaaah la segunda mitad, eso fue otra cosa… salieron es nostros con un petardo en el
antifonario, supongo que después de que Oltra se acordase de sus antecesores,
jurase en hebreo, maldijera en arameo y se excrementase en sus muelas. En el 47’ el guineano errante
desaprovechó una ocasión de oro… el éxtasis, el júbilo, la emoción no contenida
llegaría tres minutos después cuando Gerard Moreno no marró, goooooooool del
Mallorqueta, goooooooool de Gerard Morenooooooooo.
Todavía eufóricos por el tanto conseguido, volvieron a sonar las
trompetas de Jericó y la muralla alavesa se vería foradada por segunda vez, rápido y bien ejecutado contraataque que
finalizaría con un pase al hueco de Víctor y don Emilio Nsue batió por el palo
corto al meta enemigo, goooooooool del Mallorqueta (2-0).
Tras haber presenciado los peores cuarenta
y cinco minutos del campeonato, los presentes (no los ausentes, ni las
ausentas) íbamos a disfrutar de los mejores momentos que nuestros muchachos nos
han ofrecido a lo largo de esta liga, con un solo pero, que no supieron
“sentensiar”; por dos veces nos vimos obligados a gritar ¡uy!, en el 70’ fue
Álex Moreno el que falló, al cruzar en exceso, y en el 76’ sería Álex
Vallejo, quizás fruto de la nirviada de verse solo ante la
portería rival, la tiró fuera.
Como lo nuestro es patir, su
crack, Borja Viguera, consiguió un golazo en el 79’ tras deshacerse
con un solo movimiento de tres cariacontecidos defensores barralets y
colocar el esférico allá donde Rubén Miño no podía llegar (2-1).
Dos sustos morrocotudos nos llevamos en
el 88 y en el 89 pero gracias a nuestro ágil cancerbero la cosa quedó en eso,
en susto. Finaaaaaaaaal y tres puntos que evitan nuestro hundimiento, que nos
dejan un atisbo de esperanza pero que no despejan muchas de las dudas que nos
asaltan.
Llama la atención:
·
La presencia en las gradas del matrimonio García-Bennassar
que, debido al escaso almuerzo ingerido con anterioridad, se alimentaron a base de maíz, pipas y Grill-Meister.
·
La invasión de los Álex: Moreno, Geijo y Vallejo
(¿significará también Álex el nombre del Sr. Ienaga?).
El rincón político:
Dice el juez Ruz que ve indicios
de contabilidad B en el PP… este hombre es muy perspicaz pero eso no vale en
justicia, ¿a qué viene ese titular?, o tiene pruebas o no las tiene; es decir,
o acusa al PP o no lo acusa, no está en sus funciones darle carnaza al
populacho. Por otra parte seamos honestos y Luís Lo Imposible, empecemos por
tratar de cambiarnos a nosotros mismos, a la sociedad porque, ¿cuántas empresas
ajenas a la contabilidad B hay?.
Viendo las imágenes
del congreso extraordinario del PSOE andaluz se me ha ocurrido que podríamos
empezar a utilizar eso de “Andalucía ens
roba”, ¿no os parece?.
El sábado, a las 18:00 en Ipurúa,
frente al Eibar; vamos aporellosoee que
puede ser el despegue imparable definitivo… o no.
Feliz semana,
Enrique
Mención aparte merece la profunda decepción que sufrí por las promesas
incumplidas, por haberme puesto la miel en los labios y luego resultar ser una
gran mentira; ella estaba aquí, hasta habíamos comido juntos y cuando toda la
grada la esperaba, ella no apareció perdiéndose, por cierto, un maravilloso
ambiente, en un marco incomparable, con el estadio abarrotado y fútbol de
quilates durante los 93 minutos… mis poros expelen odio.