Liga Santander: Mallorqueta 0 - 1 Real Sociedad: PREVISIBLES

Una contra nos mató pero eso puede pasar; hay otras conclusiones que sacar.

Por Enrique Mas Cassel.-

Repitió once inicial nuestro míster y planteó el encuentro como de todos es sabido y como tan bien nos ha ido en los dos últimos años pero los enemigos también lo saben y esto es la Primera División y los contrincantes no se andan con chiquitas.

Magnífico inicio de es nostros que se diluyó para no volver pese a lo cual jugamos una más que digna primera mitad, maniatando a una Real Sociedad que no podía desarrollar su juego como lo había hecho una semana antes frente al Valencia.

El empate podía considerarse justo pero uno, quizás por el simple detalle de ser bermellón, cree que íbamos ganando a los puntos y que podíamos haber ido por delante del marcador si, por ejemplo, no desperdiciásemos una y otra vez los saques de esquina que, uno tras otro, finalizan sin generar el más mínimo peligro. Para colmo, los txuri urdin estuvieron a punto de adelantarse en el último suspiro de este primer acto.

La reanudación y toda la segunda mitad fueron un monólogo realista, siendo nuestros muchachos incapaces de generar ocasión alguna (a excepción de un potente disparo de Lumor que se estrelló en el poste). Los cambios (Trajkovski, Alegría y Chavarría que entraron por Febas, Budimir y Dani Rodríguez respectivamente) de poco sirvieron, la pelota era de los enemigos y, lo que es peor, los pupilos de don Vicente se echaban cada vez más atrás lo que, me temo, va a ser una constante a lo largo de esta temporada en cuanto el rival nos domine; ello es especialmente preocupante porque tendemos a dejarnos dominar.

El gol en contra llegó en el minuto 83, a la salida de un corner a nuestro favor que propicio un contraataque que finalizó de forma magistral Ødegaard.

Nos hemos encontrado de sopetón con la cruda realidad y el comienzo de lo que será una larga y penosa travesía que sólo parece que podamos finalizar con éxito si nuestro míster recibe los refuerzos solicitados o exprime hasta la extenuación y con total acierto al plantel de que dispone.

Mañana será otro día y ya hay que pensar en nuestro enfrentamiento contra el Valencia, que será el próximo domingo también a la hora taurina por excelencia. Por cierto, que allí pienso estar.

Arriba esos ánimos, que ya sabíamos que no iba a ser fácil. Aporellosoee.