La desolación que siguió al final del encuentro y compromisos laborales me han tenido fuera de juego durante toda la semana pero antes de que llegue un nuevo partido (mañana en Mestalla a partir de las 14:00) un par de pinceladas sobre lo ocurrido en el Reale Arena.
Por Enrique Mas Cassel.-
De entrada llamó la atención la presencia de Battaglia en lugar de Baba, que venía de jugar con su selección, y como viene siendo habitual en el fútbol actual, más que de tanteo, los primeros minutos fueron del equipo visitante... ¡¡¡NOSOTROS!!!; es como si actualmente el huésped tenga que poner todo su empeño en el inicio, a ver si suena la flauta, se echa para atrás y gana el partido.
No tardó en empezar la batalla campal, dándose de lo lindo tanto unos como otros, es como si es nostros hubiesen leído al Profe que les recriminaba su blandura frente al Osasuna. Hacia el cuarto de hora empezamos a recular y quedamos a merced del enemigo que dispuso de hasta tres buenas ocasiones en la primera mitad. Antes de llegar al descanso se produjo la expulsión (quizás un poco rigurosa) de un contrincante con lo que se nos presentaba una ocasión pintiparada para ya no solo puntuar, sino ganar.
Tras la reanudación mantuvimos el mismo patrón de juego pero al ser uno más, indefectiblemente, pasamos a dominar el esférico y el partido con, además, algún bonito detalle del referee para con nosotros.
En el 62' entraron Salva Sevilla y Fer Niño por Battaglia y Amath; centro del campo más creativo y refresco en la delantera, parecía correcto y funcionó.
En fin, ¿derrota inmerecida?... no lo sé, sólo sé que perdimos.
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